13 feb 2007

VIVIR JUGANDO

Todavía recuerdo la felicidad de la ignorancia. Cuando nada sabíamos del mundo y cada día era una nueva experiencia, una nueva aventura. Los niños, y los locos que decía Goya, son los únicos capaces de ser felices. Al crecer todo cambia. La vida es un juego:
Experimentas, arriesgas, sufres, disfrutas, ríes y lloras. Sin embargo nos olvidamos, cada día, de lo más importante... hay que intentar ser feliz



Cuando entramos en las grandes ligas la cosa cambia. Lo que antes era tan simple como jugar a vivir, se transforma en vivir jugando. Las relaciones se vuelven complejas, complicadas. Lo que antes se resolvía en rabietas y 10 minutos de morros se convierte en barreras insalvables que distancian a la gente.
No sabemos comunicarnos porque cada uno tiene su propio lenguaje. Intentamos escudarnos en la ironía, la ambigüedad o el humor para esconder lo que realmente queremos decir... si luego sale mal siempre tienes una red de seguridad para evitar que la caída sea demasiado dura.
A veces creo que nos hemos reducido a sombras que difuminan nuestras reales intenciones, nuestros verdaderos sentimientos. Nuestros miedos e inseguridades nos impiden mostrarnos tal y como somos... así que optamos por el fantasma, la sombra, la máscara.

Tengo ganas de poder hablar sin tener que dar explicaciones, equivocarme y no tener que buscar excusas... pero bueno, supongo que hay que seguir en este juego que es la vida y jugar mientras valga la pena. Es un juego exigente, diario e implacable..., no atiende a lógicas ni razones. Pero así es la vida.

Seguiré jugando, ¡qué remedio!, pero intentando recordar lo más importante de todo: ser feliz es lo que hace que jugar valga la pena.

10 feb 2007

EL MUNDO ES ASI

El mundo tiene sus reglas... aunque no todos las seguimos o interpretamos igual...
yo siempre intentaba creer que cada mundo, el nuestro, el personal, tiene sus propias reglas y por tanto que cada mundo tiene su lógica escapando de tópicos y generalidades.
Sin embargo se ha de tener en cuenta que cuando interaccionas con la gente se unen dos mundos, dos reglas, y no tienen porque ser las mismas...

¿De qué va todo esto? bueno, supongo que siempre he intentado regirme por unos valores y unas formas muy específicas, muy mías, pero veo que esta manera no es adecuada (no del todo) o apreciada en "el gran mundo".

La amabilidad se interpreta como debilidad, preocuparse es sinónimo de dependencia, querer compartir las cosas con alguien significa que te sometes a sus deseos, ofrecer ayuda... mejor no hacerlo que pareces... bueno,.. en fin.

Ir de frente y hablar con sinceridad, no dejar nada al descubierto... supone que no seas interesante para nadie (mejor guardarselo todo y ser un putas, gestionar las amistades como si de un negocio a sacar algo se tratara)... y encima ir de legal, de buena fe... te condena.

Me dan ganas de ser como los demás, ser un cabrón, buscar sólo mi provecho cuando interacciono con la gente, sacarles partido cuando puedo y abandonarlos cuando no, no ser sincero sino listo, y por encima de todo, preocuparme de mí y nada mas que de mí.

Para mi ventura, y desventura, no soy así... pero tras muchos malentendidos y justificaciones, tras muchos malos ratos que me he tragado en mi vida, me vienen ganas de colgar el cartel de "cerrado" y alejarme de todos un rato...

A este paso me voy a ofrecer mí mismo, que yo como mínimo me entiendo... porque lo que es la gente...

Al final sí que será buena idea estos sítios donde la gente se presenta y dice... Hola, me llamo tal y soy así, así y me gusta esto y lo otro... como mínimo así no tienes que preocuparte demasiado de que te etiketen y te estigmaticen de por vida, que no haya margen de error ni comprensión.

Alea iacta est... la suerte está echada, que dijo el Cesar. Pues eso... yo sigo con mi filosofía de vida, si no se entiende, allá ellos.

2 feb 2007

CIELOS ESTRELLADOS

Hoy mirando al cielo en uno de esos momentos de nicotina que los examenes te piden he visto alguna estrella.. pocas, débiles... bueno, lo normal por estas tierras.

Soy de naturaleza inquieta, me cuesta pararme a contemplar algo... sin embargo la primera vez que contemplas la inmensa belleza de un cielo estrellado nítido, límpio de polución, luminoso y radiante..., entiendes como Van Gogh pudo pintar su Noche Estrellada de esa manera tan mágica. Ahora esos cielos no existen en el primer mundo.

Puedo decir que he visto los dos cielos... el cielo del sur en Kata Tjuta, Las Olgas, en el Red Center de Australia. La combinación de tierra roja, música aborigen, carne de canguro... y ese cielo magnífico dominado por la Cruz del Sur y los millones de estrellas que salpican esa tela mate que es la noche es especial. Nunca había imaginado que se pudieran ver tantas estrellas, ni que se luz nos iluminara de una forma tan intensa y palpable.

El cielo del norte lo vi hace dos años en el Sahara. La omnipresente Osa Menor dirigía una orquesta de miles de pequeños puntos luminosos que ofrecían cada noche un espectáculo surrealista... yo, tan insignificante y diminuto, me perdía en el suave susurro de la arena y el viento mientras mi mente se emborrachaba de la mágica danza ancestral de la luz... transportándome a lugares y tiempos remotos que nunca conoceré, y sin embargo he visitado.

Se que puede parecer una cursilada o una ida de olla muy grande, pero si alguna vez estais en un desierto, de noche, mirad al cielo... sentaros en silencio a contemplar arriba.. y quizá me entendais.

SIAM, BANGKOK MON AMOUR

"Thaliand, the land of thousand smiles"
Suena a eslogan turístico, de hecho lo es, pero no por ello deja de ser cierto. El mayor tesoro de esta tierra es su maravillosa gente, afable y cariñosa. No quiero pecar de inocente, Tailandia tiene su lado sordido.... la prostitución, las drogas, las mafias callejeras... Asia no es un lugar fácil. Pero a pesar de haber perdido una parte de su alma budista en esa vorágine que es la intrusión del capitalismo salvaje y el "no money, no honey", Tailandia sigue teniendo un aroma especial.

Tailandia es un país maravilloso de frondosas selvas al norte, maravillosas playas a lo largo del Golfo de Siam, un corazón añejo en las ruinas de la ancestral Ayutthaya... y la maravillosa caótica locura urbana que es BANGKOK.

Los que me leeis sabeis que soy urbano..., y aunque pueda encontrar la paz en una maravillosa isla como Koh Phan Ngan, de este país me quedo con Bangkok.

La capital tailandesa es una batidora desenfrenada de contrastes extremos... templos milenarios, palacios thais, budas gigantescos, mercadillos nocturnos, puestos de venta ambulantes..., se mezclan con mega rascacielos, hoteles imposibles, centros comerciales de última generación.

Si a todo ello le sumamos un tráfico imposible sin orden ni sentido, y los maravillo- sos tuk-tuk my friend: una capital asiática.

Las ciudades asiáticas no tiene un orden urbano definido como el occidental, con un downtown marcado, un nucleo central. Las megápolis orientales presentan centros desperdigados de superrascacielos y modernidad unidos entre ellos por un entramado de chabolas y pequeñas callejuelas donde es imposible orientarse.

De hecho la mejor manera de vivir Bangkok, de disfrutarla, es perderse en la infinidad de callejuelas y recovecos que te ofrece una ciudad que nunca duerme...

En BKK me enamoré de Asia y su gente, vi el lado sórdido de su presente pero también su lado amable y sincero...

BKK... ผมรักคุณมาก!!

1 feb 2007

VAGABUNDO EN SAHARA

Empezar por África esta serie de posts sobre lugares me parece muy apropiado. Todos somos africanos y siempre es bueno empezar por el principio. En Marruecos tuve una de las experiencias más surrealistas de mi vida. Trabajar durante dos meses en el desierto con el gran circo del cine de Hollywood fue intenso, gratificante y duro, muy duro.
Encuentro difícil resumir las sensaciones que tuve en ese tiempo en unas pocas líneas, fueron muchas y diversas. Un cúmulo de aventuras y desventuras, de anécdotas y sufrimientos, de buenas intenciones y puñaladas traperas. Fue en el desierto donde empecé a hacerme adulto.
En el desierto te encuen- tras sólo, perdido. La inmensi- dad y el abrumador silencio te aplastan agrandan- do tus temores e inseguridades. Sin embargo, a veces, es el propio desierto el que te acoge con brazos abiertos, te despierta el instinto primario de animal natural que fluye, te transporta a lugares que tu mente creía no existían.

Tras dos meses de convivencia puedo decir que adquirí experiencia, oficio, a saber estar entre tiburones (siempre me quedará la medallita del marcaje que le hice a un productor ejecutivo de la Paramount, aka el Diablo), y sobretodo aprendí a no fiarme de la gente por lo que dice, sino por sus actos.

Me decepcio- nó ver que gente que yo creía amiga me apuñalaba por la espalda.. pero por otro lado vi que gente maravillo- sa y humilde, gente sabia y entera, apostaba por mí... eso me llenó de felicidad y me tranquilizó el espíritu. La gente del desierto no se anda con tonterías...

¿Cómo puedo resumir mi experiencia en el desierto? Me enamoré de cielos estrellados imposible, sentí la fuerza del viento y la arena en mi cuerpo, saludé al dios Ra cada mañana desde lo alto de una colina, conocí a un pueblo amable y cordial como los berebers, me enfrenté a mis demonios y saqué cuchillo... y sobretodo gané un estado mental, una quinta marcha que cuando utilizo soy imparable: el Sahara Power.
Os preguntareis ¿qué es el Sahara Power?... es la llave de mi Chi, un focalizador de energía que puedo activar a voluntad... es difícil de explicar, pero cuando lo conecto se nota. Por suerte apenas necesito utilizarlo, queda lantente... como mi sangre africana.
AFRIKAAAAA!!!

HISTORIAS DE VAGABUNDO

Me han comentado que mi blog se está volviendo algo monotemático, jejeje. Que le doy más y más vueltas a lo mismo. Así que he decidido intercalar algunas memorias de mi pasado, comentar algunos sitios donde he estado y que me han marcado de una manera u otra.

No creo que siga ningún orden concreto... más bien dejaré que la inspiración nocturna (soy ave de rapiña) me conduzca a alguno de esos rincones secretos que tengo guardados en mi recuerdo.

(Hab. 214)

Así que os voy a intentar trasladar a esos lugares mágicos que me marcaron, sitios que hice míos en un momento u otro y cuyo aroma corre por mis venas...

... donde quemé zapatillas.