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Stavanger, Noruega (foto tomada al Preikestolen "El púlpito")
Enfrentarse a uno mismo, a tus miedos, a tus fantasmas, siempre da un poco de vértigo: te hace más fuerte ... pero es un mal trago... y eso no hay poesía que lo alivie.
Dar un paso adelante y abrirte a la gente es arriesgado, "a leap of fatih". Caminas hasta el borde del precipicio y cuando eliges a la persona saltas, a ver qué pasa. Hay gente que te aminora la caída, a veces te cojen (las menos)..., pero la mayoría acabas en el suelo tras una dura caída.
Pero bueno, de este precipicio habrá que saltar hasta que te cojan o hasta que no te puedas levantar...
Ese día será un buen día para hacerme budista.
1 comentario:
No sé muy bien de qué va la movida, ya me lo explicarás. Pero siempre me dices que soy yo la negativa... y por lo que veo tú no te quedas corto. Las cosas dependen del color a través del que se miran, y lo que a ti te puede parecer un abismo tal vez sólo sean un par de metros. El que no arriesga no gana. Y además, no creo que ni siquiera haya sido una caída.
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